San José de
Moro se ubica en medio de un cementerio precolombino perteneciente a la cultura
moche. Este centro poblado alberga a una población de 4 mil a 5 mil habitantes
los cuales viven en altos niveles de pobreza. El sitio arqueológico tiene un
gran potencial gracias a su accesibilidad a la carretera así como el hecho de
encontrarse en un área de confluencia de centros arqueológicos monumentales. El
proyecto de recuperación del centro arqueológico empezó en 1991, inicialmente
se realizaron las usuales campañas que buscaban retribuir a la población por la
exploración realizada, mediante la construcción de aulas, la entrega de
materiales educativos, entre otros. Esta primera aproximación no fue exitosa
debido a que la comunidad no hacia propia estas iniciativas las cuales
terminaban por deteriorarse. Además, no se lograba generar un nexo con el
centro arqueológicos, había un desapego con lo que este podía significar y con el cuidado que debía tener.
A partir de
esto se planteó la implementación de un proyecto de desarrollo comunitario
asociado directamente al centro arqueológico. Esta iniciativa fue desarrollada
junto con la organización Sustainable Preservation Initiative (SPI), la cual
predica que para que los sitios arqueológicos sean preservados tienen que ser
concebidos por la población como elemento esencial en su vida diaria. Es así
que se planeó un sistema cooperativo con las escuelas y la generación de
centros de formación que enseñen a los pobladores a generar bienes y servicios
asociados al turismo que pueda producir el sitio. Esto último ha permitido que
la población empiece a especializarse en nuevos rubros – como la cerámica y
metalurgia – y empiece a revalorizar su herencia cultural. Las claves de
innovación de este proyecto son el desarrollo cooperativo en la educación, la
nueva estrategia económica y el empoderamiento de agentes locales. La
implementación de esta estrategia de desarrollo ha permitido romper con el
círculo de pobreza extrema a través de estas nuevas oportunidades.
Conjuntamente
con SPI, se está trabajando en hacer de esta experiencia un modelo adaptable y
reproducible para cualquier sitio arqueológico que requiera intervención para
su recuperación. Enfatizando que estos van a ser las fuentes de desarrollo de
las comunidades en el futuro así como su herencia cultural. Es este último
punto el cual va a ofrecer mayor potencialidad en el futuro ya que no va estar
asociada a una actividad económica – como el turismo – sino que el sitio por sí
mismo, en su calidad paisajística y en la identidad que brindan dará valor
agregado al territorio.
El proyecto
de desarrollo comunitario sostenible permite canalizar iniciativas individuales
e informales hacia un producto común. Los centro de formación, como el de
cerámica ayuda a que los pobladores tengas nuevas oportunidades de empleo y que
la generación de sus bienes y servicios se desarrollen en un plano normativo y
formal con estándares de calidad.
Fuente: Entrevista a José Luis Castillo, Director del Proyecto
San José de Moro.
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