Las brigadas
psicológicas se inician el año 2002, luego de la ocurrencia de un sismo de alta
intensidad en el sur del país (Arequipa y Moquegua) donde se observó que la
respuesta del sector salud y en particular aquellos especializados en salud
mental eran insuficientes. Es así que
las brigadas se constituyen con el objetivo de brindar atención especializada a
la población que ha sufrido daños en su salud mental producidos a partir de un
desastre natural. El proyecto se sostiene a partir del trabajo voluntario de
estudiantes, egresados y profesores de psicología, los cuales son capacitados
en la atención individual, grupal e institucional de la zona damnificada.
Las brigadas
trabajan en una alianza colaborativa con el Ministerio de Salud del Perú, este
último no se da abasto en la atención, aún más en situaciones de emergencia,
existiendo una amplia brecha entre necesidad y respuesta. Es por ello que este
sector pide ayuda a las brigadas en caso la capacidad local o regional no sea
suficiente.
El trabajo de
las voluntarias (son en su mayoría mujeres) es parte clave del éxito del
proyecto. La formación continua en metodologías no solo las ayuda a contribuir
con la necesidad de la población afectada sino que también ellas se ven
enriquecidas profesionalmente al tener la posibilidad de poner en práctica sus
conocimientos, entrar en dialogo con la comunidad y aprender de las mismas
personas.
La innovación
de las Brigadas Psicológicas recae en la metodología específicamente
desarrollada para las características
poblacionales y el tipo de desastre que ocurra. Es importante realizar un
diagnóstico inicial ya que en este tipo de situaciones debido a que no toda
ayuda es bien recibida y no toda ayuda colabora a responder las demandas reales
de la población. Las brigadas intervienen en la fase reconstrucción, donde no
solo prestan sus servicios sino que empoderan a agentes locales que luego serán
reconocidos como Proveedores de Cuidado. Son ellos y ellas los que llevaran y
continuaran el trabajo de atención a la salud mental.
Por otro lado
la sistematización de este proceso ha sido también una innovación por sí misma,
la presentación de resultados y la esquematización del proceso a manera de
modelo ha permitido la difusión de la experiencia así como procesos de
capacitación para la replicabilidad de la misma (Caso de Terremoto de Chile).
El proyecto también se encarga de que los voluntarios pasen por espacio de
cuidado con el fin de que procesen la experiencia vivida, trabajar en una zona
de riesgo genera impactos en la salud mental las cuales deben ser atendidas.
Actualmente
este proyecto está siendo financiado por la Pontificia Universidad Católica del
Perú, institución que corre con todos los gastos de capacitación de voluntarios
así como de gastos de viaje en caso se solicite la participación de las
brigadas. En ciertas situaciones, como
la de Pisco el 2007, se contó con el apoyo de agencias privadas. Estos fondos
permitieron darle continuidad a la intervención en la zona afectada, lo que nos
lleva a pensar cuán mayor podría ser el impacto de las brigadas.
Fuente: Entrevista a Tesania
Velazquez, Coordinadora General Brigadas Psicológicas.
0 Comentarios:
Publicar un comentario