“Cines al Aire Libre”
es una propuesta de La Combi-arte rodante
y de Verde y Visual que busca
transmitir y crear cine en los lugares
sin acceso a cines. El acceso se entiende como físico y económico. El acceso
físico existe en pequeñas comunidades lejanas a las ciudades, que por su poca
demanda, la implementación de infraestructura cinematográfica es inconveniente
para los grandes consorcios de cines. En Lima, el acceso físico no es un
problema en sí, pero sí lo es el acceso económico. Estos casos son particulares
en las fronteras de la ciudad o los Conos Norte y Sur. Las agrupaciones encargadas
logran disminuir estos costos solicitando la donación de los derechos de autor
de las películas y usando la infraestructura ya instalada de las comunidades.
La innovación radica en
realizar un puente entre los productores de las películas y la población con el
uso de energía limpia. El pedaleo de una bicicleta otorga la energía para la
reproducción del film lo que otorga limpieza ambiental y accesibilidad a
comunidades sin energía eléctrica.
Los mayores
costos están cubiertos, gracias a que los productores, a través de las
embajadas o agencias internacionales, ceden momentáneamente sus derechos de
autor, con el incentivo de poder llevar sus películas a un nuevo auditorio. Las
películas y documentales pertenecen al cine peruano, latinoamericano e
internacional, muchas de estas películas que incluso no llegan a los
consumidores regulares. La población inicia su participación desde la
aceptación de la propuesta, en el caso decidan, por voluntad propia,
participar. La aceptación promueve la coordinación del espacio público con las
autoridades locales y agrupaciones vecinales. La Combi llega con sus maletas y descargan sus filmaciones y
aparatos en las plazas y parques, que sirven de punto de reunión y
desenvolvimiento del evento.
La búsqueda final es la
sostenibilidad de las puestas en pantalla, pero representa un proceso que
depende altamente de la participación de la comunidad. Aunque los costos más
altos están cubiertos, los costos logísticos y operativos tendrán que ser
asumidos por la comunidad para la continuidad de las transmisiones. El comercio
alrededor del cine es una propuesta viable para adquirir periódicamente estos
fondos. En una mirada a largo plazo, las comunidades podrían contar con su
propio cine, auto-gestionado y con la trasmisión de películas más adaptadas a
su realidad.
La informalidad en
torno de las películas cinematográficas se reduciría. Se conoce en Lima la
amplia venta ilegal de reproducciones. Con esta propuesta, al no haber costos
no existe piratería. Los productores solo solicitan un informe de lo acontecido
durante la transmisión de la película. Los derechos de autor son devueltos
cuando la película deja de transmitirse y todos parecen ser beneficiados. Las
grandes empresas de distribución cinematográfica incluso no representan una
competencia porque este cine libre está fuera de su mercado.
Fuente:
Entrevista a Carolina Martín de Ramón (La Combi-arte rodante) y a Cynthia
Martínez López (Verde y Visual)
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