lunes, 6 de febrero de 2012

Desafío urbano para el 2021

(publicado originalmente en Caretas 2217)


El crecimiento de las ciudades ofrece un conjunto de nuevas oportunidades, pero también presenta problemas y desafíos para la inversión pública y la planificación del desarrollo urbano.

En el año 2021 seremos un país aún más urbano y Lima seguirá siendo la única megaciudad peruana. Sin embargo, Callao, Trujillo y Arequipa también superarán el millón de habitantes, Chiclayo y Piura estarán sobre los 800 mil habitantes, Iquitos y Huancayo superarán los 500 mil habitantes. Cusco, Cajamarca, Pucallpa e Ica igualmente crecerán de manera acelerada, pero se mantendrán entre los 300 y 500 mil habitantes.

La población urbana en 2021 será del 78.9% del total y los casi 10 millones de limeños constituirán el 29.6% de todos los peruanos. Las ciudades emergentes concentrarán 24% de la población total del país, con lo que Lima y las siguientes nueve ciudades más grandes acogerán a más de la mitad de los habitantes.

Para 2021 habrá tres ciudades más con un millón de habitantes. El crecimiento de estas ciudades refleja un proceso similar al que viene ocurriendo en otros países latinoamericanos, donde hoy es menos marcada la primacía de la ciudad principal en relación a las siguientes en importancia. La expansión de los centros urbanos ofrece una oportunidad de desarrollo más equitativo, porque las ciudades pueden articular y potenciar el desarrollo de las regiones donde se encuentran, y traen oportunidades de crecimiento del sector inmobiliario, el comercio y algunas industrias que generan empleo. Al mismo tiempo, será necesaria una mayor inversión pública en servicios sociales urbanos, tales como transporte, agua potable, saneamiento, control de la contaminación, además de salud y educación, buscando anticipar la demanda futura.

En particular, la cobertura de servicios de agua potable y alcantarillado deberá ampliarse y renovarse de manera significativa en estas ciudades. Una persona requiere entre 20 y 50 litros de agua diarios para satisfacer sus necesidades básicas (bebida, limpieza, cocina), esto sin incluir lo que se utiliza en la industria y el comercio. Alrededor del 80% del agua se transforma en aguas negras que deben fluir por el sistema de desagüe y las alcantarillas de las ciudades. Numerosos distritos tendrán que renovar todo su sistema de agua y alcantarillado para responder a la demanda que genera el crecimiento de la población y la construcción de residencias. Adicionalmente, será necesario invertir en nuevos sistemas de tratamiento de aguas residuales para que no tengan un impacto negativos en los ríos, lagos y en el mar.

Durante los últimos años el número total de vehículos se incrementó en casi 6% anualmente, y seguirá creciendo en la medida que la población y los ingresos sigan aumentando. Si se mantiene esa tendencia, el parque automotor total pasaría de 69 a más de 100 vehículos por cada mil habitantes en 2021, la mayoría de los cuales se concentrará en las grandes ciudades: de casi 2 millones de vehículos que circulan en el país, alrededor de 1.2 millones está en Lima y Callao (60%), más de 160 mil en La Libertad (9%) y alrededor de 110 mil en Arequipa (6%). Esto significa que serán necesarias cuantiosas inversiones en pistas, carreteras y lugares de estacionamiento, y que la contaminación por emisiones de gases de los vehículos, el tráfico y los accidentes de tránsito presentará desafíos cada vez más difíciles de enfrentar.

Por otra parte, las grandes ciudades deberán contar con hospitales de alta complejidad con especialidades básicas (medicina, cirugía, pediatría y obstetricia) y subespecialidades. También requerirán universidades e institutos de educación superior técnica de calidad, certificadas y con una oferta amplia de carreras técnicas, profesionales y posgrados para satisfacer la demanda futura de empleos de calidad.

Todos estos factores hacen imperativo planificar y ordenar el desarrollo urbano de las grandes ciudades, ciudades intermedias y centros poblados, buscando articularlo con las zonas rurales que las proveen de alimentos, agua, recursos de todo tipo y espacios de recreación. Este es un caso en que es necesario establecer parámetros y límites al libre juego de las fuerzas del mercado, y proveer los bienes públicos que garanticen una mejor calidad de vida urbana y su adecuada vinculación con las zonas rurales.

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*Elaborado por Mario Bazán, Director Ejecutivo de FORO Nacional Internacional.