lunes, 20 de junio de 2011

Gobernar para todos: Difícil pero no imposible

El presidente electo enfrenta el desafío enorme de gobernar para todos. La gran división que el proceso electoral nos arrojó a la cara hará difícil, esperemos no imposible, alcanzar el equilibrio. Resolver las grandes brechas que saltaron a la vista—entre Lima y el interior, entre los que se benefician del crecimiento y los excluidos, y tantas más—no será tarea de corto plazo.

El nuevo gobierno tiene la responsabilidad de explicar a la ciudadanía que no es posible mejorar sustancialmente de la noche a la mañana. Deberá generar confianza en que hará todos los esfuerzos para avanzar en la dirección que el electorado ha señalado. Es decir, trazar un horizonte de esperanzas al cual podamos llegar mediante el crecimiento, como hasta ahora, pero con inclusión y desarrollo.

Como parte del programa Agenda: PERÚ, hacia fines de los años noventa realizamos una serie de investigaciones y consultas sobre gobernabilidad democrática que culminaron con la publicación de Democracia y Buen Gobierno. Este libro planteó que un país realmente democrático requiere de una sociedad civil activa, con economía competitiva y Estado representativo y eficiente. Hoy, actualizando el diagnóstico más de una década después, comprobamos la nítida vigencia de nuestro planteamiento.

Un balance preliminar de consultas recientes evidencia que hay consenso acerca de la escasa legitimidad y falta de capacidades del Estado: en la gestión eficaz y transparente de los recursos, en la prevención y resolución de conflictos, en la provisión de infraestructura y de servicios básicos de calidad. Por el lado de la economía, subsiste la informalidad, el empleo precario y la dependencia de la explotación de los recursos naturales.

Finalmente, diversos actores consultados consideran que la sociedad civil se ha fortalecido modestamente desde la transición democrática, pero las organizaciones existentes aún no son del todo representativas de nuestra diversidad. Peor aún, para otros, hemos retrocedido en los últimos años en tanto el Estado ha criminalizado las protestas y debilitado a las organizaciones de base.

En una entrevista reciente, le preguntamos al sociólogo Julio Cotler qué hacer para evitar en cinco años otro proceso electoral similar al que culmina. Para él, es crucial empezar a llegar a la opinión pública y "difundir estos problemas, plantearlos y proponerles salidas, sabiendo que no se van a resolver a través de decretos, pero comenzar a hacerlo ya". Agrega: "Hay que decirle a la gente que esto es largo, incierto, difícil. Que no vengan a decir que lo quieren resolver radicalmente en 24 horas ni en cinco años".

Preguntamos si hay un referente, menciona a Brasil: "Esa fue la historia con Lula. Brasil es el país más desigual de América Latina, y la pregunta que debemos hacernos es por qué con un crecimiento económico moderado el presidente tuvo un 80% de aprobación, mientras que en el Perú, con un crecimiento económico altísimo, el presidente tiene los más bajos niveles de aprobación. Es porque en Brasil se abrió un horizonte de esperanzas, de mejoría y de respeto; aquí en cambio nos dicen que somos perros del hortelano". La pregunta es, ¿estará Humala, realmente dispuesto a hacer algo similar? Por el bien del país, esperamos que sí.

* Elaborado por Gonzalo Alcalde y Zenaida Solís, investigadores de FORO Nacional Internacional

0 Comentarios:

Publicar un comentario